En Ruberte Piscinas, sabemos que el acabado de una piscina es tan importante como su estructura. Uno de los elementos fundamentales para conseguir una piscina duradera, estanca y con un acabado estético impecable es la lechada para piscinas. En este artículo te explicamos qué es, para qué sirve, qué tipos existen y cómo aplicarla correctamente para obtener los mejores resultados.

La lechada (también conocida como rejuntado o rejunte) es un material de relleno que se aplica entre las juntas de los revestimientos de una piscina, ya sea gresite, azulejo, cerámica u otro tipo de baldosa. Generalmente, se presenta en forma de polvo que se mezcla con agua hasta conseguir una pasta fácil de aplicar.

Su función principal es sellar las juntas, proporcionando estanqueidad al vaso de la piscina y evitando filtraciones de agua, la acumulación de suciedad o la proliferación de algas y hongos.

La lechada cumple varias funciones esenciales en el revestimiento de una piscina:

  • Estanqueidad: evita la fuga de agua por las juntas del gresite o azulejo.
  • Estética: permite un acabado limpio y uniforme, mejorando la apariencia del vaso.
  • Protección: impide la acumulación de bacterias, algas y suciedad en las juntas.
  • Durabilidad: protege los revestimientos y alarga su vida útil.

Dependiendo del tipo de piscina, del uso previsto y del entorno, podemos encontrar distintos tipos de lechada. Los más comunes son:

1. Lechada cementosa

Es la opción tradicional y más utilizada en piscinas privadas. Está compuesta por cemento blanco o gris y aditivos específicos. Es fácil de aplicar y bastante económica.

Ideal para: piscinas de gresite o cerámica en viviendas particulares.

2. Lechada epoxi

Mucho más resistente que la cementosa, está compuesta por resinas epoxídicas. Es impermeable, resistente a productos químicos y prácticamente no porosa, lo que dificulta la proliferación de microorganismos.

Ideal para: piscinas públicas, spas, centros deportivos o zonas con alto tránsito.

3. Lechada flexible o mejorada

Contiene aditivos plásticos que aumentan su flexibilidad y adhesión, ideal para piscinas con riesgo de movimientos estructurales o sometidas a cambios bruscos de temperatura.

Ideal para: piscinas exteriores en zonas con climas extremos.

Una lechada de mala calidad o mal aplicada puede provocar problemas graves como:

  • Filtraciones de agua.
  • Formación de hongos y algas.
  • Deterioro del gresite o azulejos.
  • Manchas, eflorescencias o desprendimientos.

En Ruberte Piscinas, recomendamos siempre utilizar lechadas específicas para uso en piscinas, resistentes al cloro, a los rayos UV y al contacto constante con el agua. Una inversión mínima que garantiza una mayor durabilidad y menos mantenimiento a largo plazo.

Aplicar la lechada es un proceso sencillo, pero que requiere precisión y atención. Aquí te dejamos una guía básica:

  1. Preparar la mezcla: sigue las instrucciones del fabricante, mezclando con agua limpia hasta conseguir una pasta homogénea.
  2. Aplicar sobre las juntas: usa una llana de goma para repartir la mezcla de forma uniforme y presionarla bien en las juntas.
  3. Limpiar el exceso: con una esponja húmeda, elimina el sobrante antes de que se endurezca.
  4. Curado y secado: deja secar el tiempo recomendado antes de llenar la piscina. Evita el contacto con agua durante este tiempo.

En el caso de lechadas epoxi, el proceso puede requerir más experiencia, por lo que en Ruberte ofrecemos servicio de aplicación profesional para garantizar resultados perfectos.

En Ruberte llevamos años asesorando a nuestros clientes en todo lo relacionado con la construcción, mantenimiento y reparación de piscinas. Si estás renovando tu piscina o construyendo una nueva, te ayudamos a elegir la lechada más adecuada según tus necesidades.

¿Tienes dudas? Contacta con nosotros y recibe asesoramiento personalizado. Porque una piscina perfecta empieza por una base bien sellada.