El gresite es uno de los revestimientos más populares para piscinas gracias a su resistencia, estética y durabilidad. Sin embargo, para que conserve su brillo y adherencia con el paso del tiempo, es fundamental un mantenimiento regular y adecuado. En este artículo te contamos cómo cuidar el gresite de tu piscina, qué errores evitar y qué hacer si aparecen piezas sueltas o suciedad incrustada.

El gresite es un mosaico vítreo compuesto por pequeñas piezas de vidrio cocido. Se instala sobre la superficie interior de la piscina y se fija con cola especial y lechada de juntas. Entre sus ventajas destacan:

  • Alta resistencia a productos químicos.
  • Impermeabilidad total.
  • Gran durabilidad frente a cambios de temperatura.
  • Diseño personalizable con múltiples colores y acabados.
  • Cepilla el gresite suavemente con un cepillo de cerdas suaves.
  • Usa detergente neutro para mantener el brillo sin dañar la superficie.
  • Evita estropajos, ácidos agresivos o productos abrasivos.
  • Añade una pequeña cantidad de lejía diluida en agua para tratar zonas con manchas o verdín.
  • Realiza una hipercloración puntual si hay presencia de algas o residuos orgánicos incrustados.
  • Usa productos específicos o mezcla agua con bicarbonato.
  • Cepilla con un cepillo de cerdas finas para evitar el desgaste del rejuntado.

Es habitual que, con el tiempo, alguna tesela (pieza de gresite) se suelte. Lo importante es actuar rápido:

  1. Retira la pieza suelta y la lechada deteriorada.
  2. Limpia la zona con un cepillo y agua.
  3. Encola de nuevo con adhesivo para inmersión continua.
  4. Vuelve a rejuntar una vez que el adhesivo haya secado (24-48h).
  • Revisión general del vaso.
  • Rejuntado completo con lechada impermeable.
  • Reparación de zonas afectadas por productos químicos o desequilibrio del pH.

Prevenir es siempre mejor que reparar. Aquí algunas prácticas clave:

  • Mantén el pH entre 7,2 y 7,6.
  • Controla el nivel de cloro, alcalinidad y dureza cálcica.
  • Usa un regulador automático si es posible.
  • Siempre diluye los productos en un recipiente o viértelos en los skimmers o prefiltros.
  • Es la zona más expuesta a grasas, polen y residuos del aire.
  • Usa productos desengrasantes suaves y específicos para piscinas.
  • Realiza una inspección visual y repara antes de que los problemas se agraven.
  • Si cubres la piscina en invierno, asegúrate de que la lona no dañe las paredes.

Lo ideal es una limpieza superficial semanal durante la temporada de baño y una limpieza más profunda antes del llenado en primavera.

Sí, pero solo en zonas puntuales y muy diluido. Nunca mezcles vinagre con lejía.

Ácidos fuertes sin diluir, productos abrasivos, estropajos metálicos o limpiadores multiusos de uso doméstico no específicos para piscina.

El gresite es un revestimiento de gran valor estético y técnico, pero necesita cuidado constante y reparaciones puntuales. Siguiendo esta guía, evitarás filtraciones, pérdida de brillo o desprendimientos. Recuerda: una piscina bien cuidada no solo luce mejor, también dura más.

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